El
fútbol ocupa las noticias deportivas, para bien o para mal, con todo tipo de
informaciones relativas al mismo (campeonatos, fichajes, lesiones, ocurrencias
varias, etc…) y además, de vez en cuando, se “cuelan” en la prensa económica
artículos y opiniones sobre el Valor Monetario de unos y otros clubes. Es
evidente que para el aficionado a un determinado equipo eso del Valor es algo
relativo. Imagino que cada uno “siente” sus colores y el valor que da a su
pasión es difícilmente mensurable. No obstante, y descendiendo al mundo más
terrenal, los clubes deportivos no dejan de ser meras empresas, que se rigen
por las mismas leyes financieras que el fabricante de tornillos ubicado en un
polígono industrial cualquiera de nuestra geografía. Es cierto que quizá a
aquellos se les permitan ciertos privilegios (moratorias con hacienda, etc) que
al pequeño industrial no se le ocurriría intentar ni “por asomo”, pero eso ya
es otra historia.
En
fin, a lo que iba. Recientemente se ha publicado un Informe (elaborado por
KPMG) sobre el Valor de los diferentes Clubes de Fútbol del continente. Una
copia del mismo se puede descargar en el siguiente enlace.
La idea es darle un vistazo (se lee bastante rápido) y razonarlo desde un punto
de vista crítico, con el único objetivo de tener un criterio propio, de modo
que cuando alguien nos presente un Informe de Valoración (aunque sea de un Club
de Fútbol, como es el caso que nos ocupa) podamos estar o no de acuerdo con él
(y no aceptarlo sin más). Las
conclusiones del citado estudio se ofrecen en forma de ranking por equipos
según su valor.
Desde
mi punto de vista, las conclusiones a
las que llega el Informe son bastante pobres, y aunque resultan
curiosas por la posibilidad de comparabilidad de unos equipos con otros, no van
más allá de este aspecto. Quizá pueda parecer un poco “radical” el afirmar lo
anterior, pero intentaré explicar el porqué de esta opinión. Para mí existen 3
cuestiones que debilitan las conclusiones del Informe:
1.- Si nos fijamos en el ranking de
Clubes, en todo momento se habla de
EV ó Valor de Empresa y en ningún caso de Valor de las Acciones. Aunque
esto es legítimo (por supuesto) produce que perdamos una información muy
significativa. A nadie se le escapa que una gran mayoría de equipos están endeudados
“hasta las cejas”, con lo que posiblemente ese ranking sería diferente si tuviésemos
en cuenta esta circunstancia.
2.- Por otro lado, aunque se reconoce que la metodología de cálculo idónea sería el
Descuento de Flujos de Caja (DFC) finalmente se utiliza un Múltiplo sobre las
Ventas. Bajo el pretexto de que la mayoría de Clubes generan pérdidas
de explotación, además de la no disponibilidad de Planes de Negocio sobre los
mismos, se acaba aplicando una metodología de valoración que en la práctica
tiene muy poco peso. Es una temeridad valorar una compañía basándose única y
exclusivamente en este criterio, puesto que en épocas de euforias y/o
decadencias bursátiles, los múltiplos se inclinarán hacia un lado u otro con
más intensidad, reflejando principalmente el ánimo de los inversores (que no
tiene por qué coincidir con la realidad financiera de la empresa cotizada).
3.- Y por si esto no
fuera poco, estos Múltiplos se
“ajustan” por una serie de parámetros que aunque tratan de introducir una
cierta razonabilidad, al final no son otra cosa que consideraciones subjetivas
de lo que debe o no incrementar el valor de un Club de Fútbol.
Posiblemente otro valorador tendría encuentra parámetros diferentes y que bien
argumentados podrían gozar de la misma razonabilidad. Cuando se empiezan a introducir “ajustes” en
los múltiplos, las tasas de descuento, o en cualquier otro aspecto que influye
de forma importante en la valoración, se inicia un proceso en el que las conclusiones
finales acaban estando muy comprometidas. En este caso concreto, los parámetros
que introduce el valorador son la Rentabilidad, la Popularidad, el Potencial
Deportivo, los Derechos Audiovisuales y la Propiedad del estadio.
¡¡Qué
sí!!! ¡¡Aunque son muy razonables, al final también son muy subjetivos!!
La
verdad es que esperaba bastante más de este Informe. Empecé leyéndolo con mucho
interés, pero a medida que avanzaba, me pareció que las pretensiones del mismo
eran mucho más modestas. ¡Una pena!
Socio de IDYLIA.
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