“… Óscar, nosotros los empresarios sabemos
más de nuestros negocios que ninguna otra persona externa y además, conocemos
el múltiplo de valoración porque hablamos con otros empresarios que han vendido
sus negocios con anterioridad… Por lo tanto, todo esto de la valoración de
empresas que me estás contando está muy bien, pero lo encuentro innecesario…
Tengo una cifra en la cabeza de lo que vale mi empresa y si alguien me la
ofrece, llegaríamos a un acuerdo en un abrir y cerrar de ojos…”
Este es un
comentario real, que suele ser habitual en muchas reuniones de empresa. El
empresario, a menudo, se enfrenta al proceso de venta de su compañía con una
cifra “preconcebida”, que se ha formado a través de conversaciones con otros
empresarios, lecturas sobre recientes operaciones corporativas, etc… y que además
(y esto es muy importante) es la cifra que considera le permitiría llevar un tipo de vida determinado una vez vendida la
compañía. Es decir, hay un componente de subjetividad importante.
El empresario, a menudo, se enfrenta al proceso de venta con una cifra "preconcebida".
Y bien, ¿qué se
puede contestar/argumentar a un empresario cuando te comenta algo así? Bueno,
sin ánimo de generalizar, creo que una buena respuesta sería algo así….
“… Antonio (nombre imaginario), tienes toda
la razón del mundo en cuanto a que eres la persona que más sabe de tu compañía,
ninguna objeción ahí… sin embargo me
gustaría que reflexionásemos juntos sobre esa cifra que tienes en la cabeza
relativa al valor de tu empresa. En primer lugar, cuando hablamos de múltiplos
se trabaja con un rango determinado, por ejemplo en tu caso 6x-9x EBITDA, lo
que significa que puede existir un hueco importante entre el múltiplo que
tienes en mente y lo que pase en la realidad. Con esto, pueden ocurrir dos
cosas que conviene tener presentes:
- Que la cifra
calculada a través de un proceso de valoración profesional pudiera ser superior
a la cifra que tú tienes en mente. Esto significaría que estarías “regalando”
una parte del valor de tu empresa si se hiciese una hipotética transacción, a
pesar de obtener el precio de venta que me dijiste al principio. Y ahora yo te
pregunto, ¿no sería mejor “regalar” esa diferencia a tu familia (por ejemplo)
antes que a un extraño?… Piensa sobre ello.
- También se podría
dar el caso contrario. La cifra que tienes en mente es tan elevada y alejada de cualquier valor razonable calculado, que estarías
cerrando las puertas a cualquier hipotética transacción. Y lo creas o no, las
oportunidades de venta no son infinitas, un comprador se acerca a tu empresa
hoy y quizá no vuelva a aparecer otro con el mismo interés hasta pasados unos
años…
En fin, reflexiona sobre esto que
te comento y considera el coste de oportunidad al que te enfrentas si no
utilizas un Informe de Valoración profesional.”
Con este pequeño
ejemplo, me gustaría trasmitir la importancia de enfrentarse a cualquier
proceso de compra-venta corporativo de una forma profesional, utilizando todos los
recursos disponibles como pueden ser los Informes de Valoración de empresas.
Socio de IDYLIA
Valoración de Empresas.