Lo primero que
podemos pensar es que si sacamos dinero de la empresa, en este caso en forma de
dividendos, esto podría conllevar una pérdida del valor empresarial. Al menos
esto es lo que nos dice la intuición.
Pero vayamos paso a paso para ver si
estamos en lo cierto, o no. En primer lugar, hay que tener en cuenta que una
cosa es el “Valor de la Empresa” y otra muy distinta el “Valor de las Acciones”.
Para saber con un cierto rigor si el repartir dinero en forma de dividendos
aumenta o disminuye el valor de ambos, lo primero sería tener claro cómo se
calculan uno y otro.
El “Valor de la Empresa”
se determina actualizando el Cash Flow Libre (CFL) previsto a futuro con una
determinada Tasa de Descuento (ó Coste Ponderado del Capital). Partiendo del BAIT y minorando éste por los Impuestos, las Inversiones Brutas en Inmovilizado y las Inversiones en Circulante Neto Operativo, llegamos al Cash Flow Libre. Un reparto de dividendos no afecta en absoluto a ninguna de las partidas anteriores y por consiguiente, no modifica el Cash Flow Libre. Si establecemos como hipótesis de trabajo que el Coste de Capital permanece constante (tanto si se reparten dividendos como si no), entonces podemos llegar a la conclusión de que el Valor de la empresa permanecerá inalterado.
Ahora bien, ¿qué
ocurrirá con el Valor de las Acciones? Una vez calculado el Valor de la
Empresa, seguimos el siguiente esquema para determinar el Valor de las Acciones
Aquí ya sí que
interviene de forma directa el reparto de dividendos. Imaginemos, por ejemplo,
que los dividendos salen de la tesorería disponible de la empresa. En este caso
se minorará la partida “Activos Líquidos” del cuadro anterior y en consecuencia
descenderá el “Valor de las Acciones”. Otro ejemplo podría ser un reparto de
dividendos financiados con deuda bancaria (suena un poco raro, pero en las
empresas cotizadas está a la orden del día). En este caso, el reparto de
dividendos supondría un aumento de la partida “Deuda Financiera”, con lo que también
se minoraría el “Valor de las Acciones”.
Vemos entonces
cómo repartir dividendos disminuye el Valor de las Acciones, pero deja
inalterado el Valor de la Empresa. No obstante, si nos “ponemos en la piel” del
accionista, el cobro de dividendos deja su posición patrimonial neta
inalterada, ya que si bien sus acciones disminuyen de valor por un lado, el
dividendo cobrado compensa esta caída por el otro. Otra cosa será el
tratamiento fiscal, pero en eso ya no me meto.
Había un dicho
en la bolsa que afirmaba que el día después del reparto de dividendos las
acciones de la compañía solían caer un importe equivalente al dividendo
repartido. ¡Puede que no le falte razón!
Oscar Sánchez
Vela.
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