Mucho se ha hablado estos días y semanas sobre la "Prima de riesgo" de nuestro país. Parece que su escalada hacia las alturas no tiene fin y ya son varias las ocasiones en que se oye que hemos atravesado un punto de no retorno.
La definición del concepto "Prima de riesgo" se ha repetido sin cesar en los medios de comunicación, por lo que obviaré hacer cualquier alusión a la misma. Creo que todos los ciudadanos de a pie tenemos más o menos claro qué significa tener una Prima de riesgo elevada...que al final (y simplificando) los intereses que pagaremos por nuestras deudas serán mayores. Otro jarro de agua fría añadido a nuestro "crecimiento" económico (por llamarlo de alguna manera).
Las empresas de nuestra economía, pieza clave, también sufrirán las consecuencias de la "Prima", pero además en ellas se generará un efecto perverso del que poco o nada se ha dicho. Si recordamos de anteriores artículos el concepto de CMPC (Coste Medio Ponderado de Capital), que era la ponderación de las rentabilidades exigidas a la empresa por los accionistas y por las entidades financieras, podemos ver cómo éste se verá afectado.
¿De qué manera?
La rentabilidad que demandan los accionistas aumentará, ya que al existir activos sin riesgo (como las letras del tesoro) por los que cada día se remunera más, es lógico que el accionista exija rentabilidades cada vez mayores por meter su dinero en una actividad con un cierto riesgo. Por otro lado, la rentabilidad (o intereses) que reclaman las entidades financieras también aumentará, como ya lo estamos viendo en la calle.
Con todo esto, el CMPC de las empresas ascenderá, afectando de forma importante al valor de las mismas. Los empresarios, gestores o directivos, deberán hacer un esfuerzo adicional para incrementar el ROIC (Rentabilidad sobre los Capitales Invertidos en la Explotación) de sus organizaciones, de tal modo que compense el aumento del CMPC. Y así, conseguir que el diferencial (ROIC - CMPC), que supone el verdadero corazón en la creación de valor empresarial, permanezca intacto.
Por lo tanto, el aumento de la "Prima de riesgo" constituye un ataque directo a la línea de flotación del valor empresarial.
Oscar Sánchez Vela.
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