El sector de la
TV Comercial en España está atravesando por momentos complicados e inciertos,
como tantos otros sectores de nuestra maltrecha economía. El modelo de negocio
de empresas como Antena 3 y Telecinco se basa, como es bien sabido, en la explotación
publicitaria. Y para ello se requieren altos índices de audiencia,
con la finalidad de que los anunciantes fijen sus miradas en las diferentes
plataformas publicitarias. A su vez, la audiencia se genera con contenidos,
que en la mayor parte de los casos necesitan de fuertes inversiones en derechos
audiovisuales sobre formatos de programa, acontecimientos deportivos, etc.
En los últimos
años, consecuencia directa de la crisis económica, se ha producido una caída
muy significativa en el mercado de la publicidad, que ha propiciado un desplome
generalizado en los precios de venta de ésta. El sector audiovisual es un
sector con un alto grado de apalancamiento operativo, lo que provoca que ante
caídas en los ingresos se vea más afectado que otros sectores. Ante esta
situación empresas como Antena 3 y Telecinco plantean que la única solución
viable para salir del “bache” es acometer procesos de concentración dentro del
sector. Es curioso que en sus informes anuales, estas compañías, justifiquen
las fusiones con otras empresas con el objetivo último de mejorar la
rentabilidad para sus accionistas. Es decir, afirman de un modo u otro, que las
fusiones incrementarán el valor de sus acciones. Según estas empresas, los
procesos de fusión generarán: (i)
una mayor oferta de contenidos. (ii)
unos mayores índices de audiencia. (iii)
unos mayores ingresos. Algo que por otra parte parece bastante lógico, ¿no?
Ahora bien, los procesos de fusión en este sector, ¿generarán realmente
valor empresarial? ¿O se quedarán simplemente en un aumento de ingresos,
contenidos y audiencia?
Para comprobar
si se creará valor empresarial o no con la fusión de compañías del sector
audiovisual, he seleccionado algunos datos de Antena 3 y Telecinco, durante los
últimos años, relativos al crecimiento de las ventas, los márgenes y la
rotación de su capital. Indicadores básicos y agregados de la capacidad de
crear o destruir valor en cualquier empresa. Vamos a ir viendo cada uno de los
gráficos por separado y los comentamos.
Observamos que
las ventas, aunque han caído ligeramente, se mantienen en unos niveles más o
menos estables durante los últimos años. Ahora bien, esto tiene varias
explicaciones: (i) en el año 2010
TVE cesa por ley de emitir publicidad, con lo que su parte del pastel se
distribuye entre el resto de TV privadas, que ven aumentados sus ingresos por
este concepto. (ii) en ese mismo año
se produce el despliegue de la TDT, incrementándose el número de canales y
contenidos para A3 y T5. Aunque esto no tiene una incidencia directa en los
ingresos, bajo mi punto de vista. (iii)
comienzan los procesos de fusión. T5 adquiere “Cuatro” en 2011 y A3 se fusiona
con “La Sexta” en 2012. Esto sí que provoca claramente aumentos en los ingresos
de ambas compañías.
Viendo la
evolución de las ventas en el gráfico anterior cabría pensar que la crisis del
sector publicitario no es tan grave como la pintan. Pero la realidad es otra.
Como hemos dicho antes, la caída de precios de venta de publicidad ha sido
brutal y esto ha tenido su reflejo en los márgenes.
Realmente
resulta estremecedor observar el desplome sufrido en márgenes por estas dos
compañías. Además, la ventaja que tenía T5 sobre A3 en años anteriores, se ha
diluido por completo, y ambas empresas se situaban a finales de 2012 en unos
niveles muy similares. A modo de anécdota, comentar que en el Informe de
Gestión de T5 correspondiente al año 2010 la empresa, refiriéndose al Mundial
de Sudáfrica, citaba textualmente “Los
grandes acontecimientos deportivos, si no rentables, sí son al menos capaces de
redundar en una enorme notoriedad así como en índices de audiencia de otro modo
inalcanzables…”. Desde mi punto de vista y viendo la caída de márgenes,
¿qué sentido tiene entonces invertir en este tipo de acontecimientos si no son
rentables? No lo acabo de entender.
La rotación nos
mide la capacidad que tiene una compañía para transformar todo su capital
invertido en ventas. En este caso concreto, se observa cómo la adquisición de
Cuatro por parte de T5, le ha pasado una factura considerable, al tratarse de
un bocado difícil de digerir. El incremento de estructura todavía no se ha
materializado en unas ventas mayores, proporcionales al mismo. En las etapas
iniciales de un proceso de estas características es normal que ocurra esto,
pero habrá que ver si se corrige en el futuro. De momento la cosa no pinta muy
bien. En el caso de A3, el impacto sobre la rotación parece inexistente. Ahora
bien, hay que tener en cuenta que la fusión con La Sexta se produjo en 2012,
por lo que no ha habido tiempo material de que se traslade a resultados.
Conclusión.
Desde mi punto
de vista, el proceso de fusiones acometido en el sector audiovisual, tomando
como referencia A3 y T5, no está consiguiendo el objetivo principal para el que
se propuso: Aumentar la rentabilidad del accionista y crear valor. Sí es cierto
que se aumentan los ingresos, los contenidos y la audiencia, pero esto no se
traduce en mayores márgenes (ni mucho menos) ni en aumentos de la
rotación. En definitiva, el proceso que
se está llevando a cabo está siendo destructor de valor. Si esta tendencia
cambiará con el tiempo, lo iremos viendo. A lo largo de la historia, muchas
fusiones han supuesto más una huida hacia adelante, que un intento serio de
solucionar los problemas. Esperemos que no sea este el caso.
Oscar Sánchez
Vela.
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